Cuando una pareja recibe la noticia de su maternidad y paternidad, y ambos comparten amor, apoyo mutuo, estabilidad emocional, económica y, especialmente la decisión consciente de lo que implica ser madres y padres, entonces su responsabilidad se vuelve grata. Pero si aun no cuentan con la suficiente madurez física y emocional, ni tampoco con la solvencia económica necesaria para encarar esta situación, será difícil asumir este papel de manera responsable.


¿La responsabilidad debe ser individual o compartida?

Cuando una adolescente queda embarazada y decide asumir su maternidad, corre el riesgo de llevar sola la responsabilidad, pues algunos jóvenes, en lugar de afrontar las consecuencias junta con la chica, huyen y evaden cualquier compromiso.

La vida de una madre adolescente cambia radicalmente: le corresponde asumir labores como atender a su bebe, lavar la ropa, prepararle comida, amamantarlo, etc, y esta situación puede resultar mas complicada si es expulsada del hogar, lo cual puede ocurrir.

Por otro lado le toca modificar su proyecto de vida e, incluso, puede llegar a tener que renunciar a sus sueños: ser profesional, viajar o, simplemente, disfrutar de su juventud.

Afortunadamente, en los casos en que la familia  apoya a la madre adolescente, el proceso de la maternidad y sus consecuencias son más llevaderas. A veces, si la pareja de  adolescentes que concibió se mantiene unida, es obligada a casarse o a vivir junta, lo cual puede acarrear otras consecuencias como la necesidad de que el varón trabaje para mantener a la pareja. De cualquier modo, es muy importante que los miembros de la pareja asuman juntos la responsabilidad del embarazo, no solo porque los involucra a ambos, sino porque este apoyo mutuo influirá positivamente en la formación de el o la bebe.

Traer un hijo o una hija al mundo es un hecho muy hermoso pero debe ocurrir en el momento mas adecuado, cuando se este en la capacidad de brindarle todo lo que se merece, tanto en el aspecto material como en lo emocional.

Causas de un embarazo en la adolescencia:
•Falta de información sobre la prevención de embarazos no planificados ni esperados.
•Mal uso o no utilización de métodos anticonceptivos modernos.
•Carencia de servicios de atención y orientación adecuados a nuestras necesidades.
•Falta de acceso a la educación sexual
•Desconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos

Consecuencias de un embarazo en la adolescencia
•Consecuencias físicas: alto riesgo para la mamá de presentar abortos, anemias, partos prematuros, difíciles o complicados, mayor frecuencia de infecciones, etc. De igual modo pueden presentarse complicaciones para el bebe o la bebe, como deficiencias de crecimiento, bajo peso al nacer, nacimiento prematuro. Necesidades mentales especiales e incluso mortalidad.
•Consecuencias psicológicas: tanto para la mamá como para el papá, un embarazo no deseado puede generar baja autoestima; depresión por el rechazo de la familia, de la pareja o del entorno; sentimiento de incapacidad para lograr el cumplimiento de las metas; temor de asumir las responsabilidades que implican la maternidad o la paternidad.
•Consecuencias socioculturales: Separación de las familias y, si fuera el caso, necesidad de autoabastecimiento económico, imposibilidad para completar los estudios escolares, lo que deriva en poca preparación para la incorporación en el ambiente laboral; mas riesgo de separaciones frecuentes de las parejas.

En Venezuela existe un alto índice de embarazos en la adolescencia, situación que coloca a nuestro país en el primer lugar en la lista de países de América latina que presentan esta situación. Esto ha llevado a considerar al embarazo en adolescentes como un problema de salud publica.

Generalmente, en Venezuela el embarazo en adolescentes y sus riesgos están asociados con las clases sociales de bajos recursos económicos, por ser quienes tienen menor acceso a una educación sexual adecuada así como a los servicios asistenciales de salud sexual y reproductiva y a una atención médica apropiada. Sin embargo es  un asunto de salud pública que nos atañe a todas y a todos por igual, pues el riesgo es a nivel nacional y la responsabilidad de atender la solución a este problema debemos asumirla en la sociedad.

La educación sexual es un derecho que debe ser ejercido a todo nivel, con justicia y equidad.

Para mayor información visitar www.prosalud.org.ve