Testimonio de una madre con un hijo con Síndrome de Down
Estas vacaciones de invierno fui con mis cuatro hijos a ver a mis papas al campo. Se juntaron cantidad de niños, y por supuesto el tema de la comida era un tema, sobre todo en una familia como la mía, acostumbrada a la buena mesa y aficionada a la cocina.
Un día me toco hacer el postre, debía ser a gusto de todos, niños y no tan niños, contar con ingredientes sencillos ya que no hay supermercado cerca, pensé en panqueques con manjar, que más rico, fácil y de ingredientes que en cualquier casa hay, además que nunca me han fallado ya que tengo una receta a prueba de todo. Esta vez los hice diferente a sugerencia de mi madre, receta de su nuevo libro de cocina, yo caí redondita, resultado nada de bueno, y para colmo, no había sartén de teflón sino un antiguo sartén de aluminio, los panqueques no me resultaron. Que hacer, lo fácil hubiera sido botar el batido y hacer el que yo dominaba a la perfección, pero nunca he botado nada, arreglé lo que tenia, pero ya no era lo mismo. Entonces pensé en mi Matías y el síndrome de Down, y me di cuenta que el cromosoma que él tiene de más, es el que altera las cantidades de los ingredientes como en la receta de los panqueques del libro, eran los mismo ingredientes pero en cantidades diferentes y no podía ya cambiar esa condición pero si tratar de mejorarla, el batido de mis panqueques después de corregirlos ya no era tan desastroso, había mejorado, no era perfecto, pero se podía trabajar, entonces me di cuenta que la estimulación temprana es como arreglar la mezcla del batido de los panqueques, ayuda una enormidad y le permite al niño con síndrome de Down comenzar su vida de otra manera, con más armas.
Comencé a preparar cada uno de los panqueques con mucha paciencia, algunos me resultaban mejores que otros y comparé cada uno con los diferentes pasos que tendría que ir haciendo Matías para lograr su pleno desarrollo como persona, algunos le van a resultar fáciles y muy bien, otros le van a costar más, con un resultado quizás no tan bueno, pero no por ello imposible de hacer.
Por fin termine los panqueques, solo faltaba rellenarlos y colocarles la salsa, eso era fácil, los coloque al horno en el momento justo y todos grandes y niños disfrutamos mucho.
Me siento tremendamente agradecida de mi hijo Matías, si bien venía con un cromosoma más y su noticia me causo una gran impresión, cada día que pasa, no puedo dejar de dar gracias a Dios por él, ya que este pequeñín me da mucho más de lo que le pido, su sonrisa es más dulce de lo que jamás imaginé, su ternura es infinita y su alegría es un sol para nuestra familia y al final de cada día me siento tremendamente orgullosa de él, al ver que aunque sólo tiene siete meses está haciendo su mejor esfuerzo, cada día esta más lindo y mejor que el día anterior. Nos ha hecho a toda mi familia más felices de lo que nos imaginamos y todos los temores que tuve en un comienzo se han ido diluyendo, quedando solo vagos recuerdos de ellos. Mis otros hijos lo aman con locura, sus abuelos no se resisten a su sonrisa y nosotros sus padres no lo cambiaríamos por nada del mundo. Nunca imaginé que lo iba a disfrutar tanto.
Cuando siento temor al pensar en el futuro, me digo que hace siete meses no me habría imaginado jamás que el hijo que esperaba traía consigo un mundo nuevo, el que como familia tendríamos que conocer, entonces porque afligirme ahora en el comienzo, y como dice mi amiga Francisca Celiz, cada día tiene su afán.
Siento que el síndrome de Down no es un caso cerrado, se puede hacer mucho y su noticia no debiera ser un lamentable sentido de pésame, ya que tras el síndrome de Down hay una vida que comienza y que viene a contribuir algo al mundo, trae alegría y sin lugar a dudas esperanza.
Ven, el síndrome de Down es como los panqueques del libro de mi mamá, viene con los ingredientes dosificados diferentes pero se puede lograr, no sin esfuerzo, la sonrisa y felicidad de toda una familia al ver que el resultado final supera cualquier expectativa de lo que uno se hace en un comienzo.
Por Paula Gonzales