La manera de enfrentar el cambio, depende, en gran parte de nuestra autoestima.
Cuando nos sentimos seguros y capaces, vemos el cambio como un reto o una motivación positiva.
Cuando nos sentimos incapaces o poco valiosos, el cambio nos disgusta e incluso nos asusta.
Nuestra manera de enfrentar el cambio depende de lo que aprendimos durante la infancia o ante ciertas situaciones dolorosas.
Pero siempre podemos aprender a enfrentarlo de manera positiva, aprendiendo de él y mejorando nuestra vida.
Lo importante es no tenerle miedo y modificar las ideas y creencias falsas y nuestra forma de pensar equivocada, que han mantenido ese miedo.