Eduquemos a nuestros hijos, sin la sobreprotección, ayudándolos con nuestra intervención y ejemplo a que sean libres y responsables, a continuación una serie de recomendaciones para que sean capaces de enfrentar retos y desafíos
Educar en la sinceridad
Nuestro deber como padres y educadores es transmitir a los niños que la verdad se debe decir siempre, aunque en ocasiones puede traer consigo algunas consecuencias.
Para conseguir la sinceridad, es conveniente darles cada vez más libertad y responsabilidad, para que así entiendan que decir la verdad es una virtud muy positiva, y es importante que los adultos que les rodean también digan la verdad, recuerden: se educa con el ejemplo.
Educar en el esfuerzo
Desde la familia y la escuela, se debe fomentar el valor del esfuerzo desde pequeños, ya que pocas cosas de valor se consiguen sin esfuerzo.
Intentemos que los niños se ganen los privilegios, no les recompensen obsequiándoles lo que sean si no lo han ganado; la idea es ver a nuestros hijos la necesidad de aceptar el esfuerzo como medio para alcanzar algo más preciado
Educar en el orden
Es frecuente escuchar a los padres decir a sus hijos: que desordenado eres, en este cuarto no se puede entrar, etc.
Desde pequeños hay que crearles el hábito de colocar las cosas en su sitio, a organizar su habitación, sus juguetes, entre otras.
En ocasiones el adulto, al no tener paciencia, prefiere hacerlo el mismo y así no perder tanto tiempo; esto es un error, ya que lo único que está consiguiendo es cada vez que el niño sea menos ordenado y planificado, acostumbrándose a vivir en el caos o desorden o a que los demás le hagan las cosas y como consecuencia tendera a repetir este escenario en varios momentos de su vida.