El valor de la prudencia es expresar la voluntad de no juzgar sin conocer y cuidar nuestras acciones.

La falta de prudencia hace que emitamos informaciones y comentarios no pedidos, que a nadie interesan y que debían guardarse, como es lo concerniente a nuestra intimidad familiar y la discreción que debemos a los procedimientos de nuestro trabajo.

Nuestra imagen es afectada por la falta de prudencia, por no seguir las normas de convivencia, dando rienda suelta a nuestros impulsos y emociones sin evaluar sus consecuencias.

Para reflexionar (decálogo)

  • La prudencia es evidencia del camino hacia la perfección personal.
  • La virtud de la prudencia conserva la paz interna.
  • El silencio es la voz del espíritu.
  • Mucho se admira al que calla, porque su fuerza reside en el control de sí mismo.
  • El sometimiento de la lengua, da vida al entendimiento.
  • Ser imprudente es gastar nuestra energía vanamente; dañarnos a nosotros mismos.
  • Actuar imprudentemente quita el derecho y la oportunidad de acción a otros.
  • Aprende a ver y aprender de la naturaleza, evita quejarte imprudentemente.
  • Conocer y luego poder actuar; la imprudencia consiste en actuar sin saber.
  • La prudencia mantiene nuestro prestigio, la imprudencia es costosa banalidad.


Qué implica la prudencia en la familia
Que cada uno de sus miembros hable y actúe, pero sin favoritismo para ninguno.

Que todos se preparen y en tal medida puedan participar productivamente en bien propio, de la familia y de la sociedad.

Convencerse del liderazgo y la honra que se debe a los padres, colaborando en lo posible al fortalecimiento de los lazos familiares, procurando evitar enfrentamientos imprudentes que son producto del desconocimiento.