La violencia es definida por la Organización Mundial de la Salud como el uso deliberado de la fuerza física o el poder contra uno mismo, otra persona o un grupo, lo que probablemente cause lesiones, daños psicológicos, trastornos e incluso la muerte.
Tristemente, la violencia es parte de la sociedad y de la vida cotidiana del ser humano, es ahí donde radica la importancia de la educación para prevenir la violencia.
Antes de educar para prevenirla, debemos tomar conciencia sobre este importante problema social. Los padres deben comprender, promover y difundir los derechos y los valores que constituyen a una sociedad, para incentivar un ambiente de respeto, armonía, igualdad y tolerancia.
El aprendizaje y la enseñanza de valores como la solidaridad, la tolerancia y la honestidad ayudan a que los padres eduquen a sus hijos para convivir en una ambiente en el que el diálogo pacífico sea la vía para solucionar cualquier diferencia.
Erradicar la violencia es un trabajo de toda la sociedad. Un niño no nace violento, esto es producto de un aprendizaje adquirido en el ambiente familiar, social o a través de los medios de comunicación. Es esencial formar ciudadanos capacitados en el tema de los valores y los derechos humanos para prever escenarios negativos
¿Cuáles son las mejores herramientas para prevenir la violencia en el entorno familiar? La comunicación y la orientación. Como padres tenemos que inspirar un clima de confianza y de escucha, para mantener una buena comunicación con los hijos.