Actualmente, una de las principales funciones de los padres es educar a sus hijos para la tolerancia, la humildad, el respeto y la paz. La educación para la paz se ha convertido en más que una opción, se ha transformado en una necesidad social.

La prevención contra la violencia debe comenzar en las primeras etapas de la vida, mediante la educación de los niños y niñas que promueva las relaciones de respeto y la igualdad entre los seres humanos. Esto se ha convertido en una solución viable capaz de brindar las herramientas y conocimientos necesarios para lograr un progreso significativo en materia de prevención y erradicación de la violencia.

Cada ser humano posee la disponibilidad de ser una voz contra la violencia, aún más cuando vivimos en una sociedad que pide a gritos la ayuda de todos sus ciudadanos.  Lo cual incluye educar la convivencia tanto en el hogar como en el entorno social.

Al ponerse en práctica  todas las herramientas que están en manos de cada individuo se iniciará el comienzo de una convivencia pacífica entre los ciudadanos que conforman una sociedad, donde cada una de las personas que la integran, respetan y aprecian los derechos de todos.

Por: Vanessa Salas (Pasante Comunicación Social USM)