El Complejo de Electra es un término acuñado por Carl Gustav Jung en 1912 y es la contrapartida femenina del complejo de Edipo. Consiste en una atracción afectiva de la niña en la figura del padre. Cien años después y a través de su experiencia, Martin Carbonell, periodista de profesión y padre por decisión, manifiesta sentirse sencillamente maravillado por el hecho de producir este común aspecto psicológico en su pequeña hija de seis años.
Martin Carbonell e Isabella Carbonell tienen en común mucho más que el tipo de sangre. Ambos son zurdos, irreverentes y el vínculo que los une es definido por Martin de manera contundente: “Es místico, mágico (…) es ahí donde realmente considero que Dios existe. Siento que vale la pena estar vivo”, confiesa.
Intentando explicar con palabras lo que pasa dentro de la vida de un hombre que se convierte en padre, Martin dice haber recibido el mejor regalo de su vida el día que su esposa le dio la noticia que serían padres. Luego de algunos años de matrimonio y de haberlo conversado se decidieron a buscar bebé, con lo que no contaban es que apenas un mes después, la gran noticia llegaría.
Cuando vino a la vida, efectivamente las cosas cambiaron. “Yo solamente tenía una responsabilidad en ese instante y era mi trabajo. Yo adoro lo que hago y en el momento en el que nació Isabella la prioridad cambió (…) Me enseñó que puedo ser mejor persona a través de ella. Siendo mejor persona, ella va a ser una mejor persona cuando sea grande”, explica.
Con más de diez años en la empresa donde trabaja las oportunidades de ascenso no se han hecho esperar y su respuesta ha sido siempre la misma. “Yo adoro a mi esposa, adoro a mi hija y ese momento que estoy en casa es para ellas y eso no vale ningún puesto editorial, ningún sueldo”, afirma dejando claro que invertir en su familia es prioridad.
La primera palabra de Isabella fue “papá” y fue justamente con él con quien dio sus primeros pasos. Martin reconoce la importancia de criar en pareja para ofrecer esas dos visiones del mundo y ocupar ese lugar en la vida de su hija, el del padre lo hace sentir más que afortunado.