Espero tener suficiente firmeza para conservar lo que considero el más envidiable de todos los títulos: “el carácter del hombre honesto”. George Washington

Mi segunda entrevista fue también maravillosa, y me encantó esa asignación de “ConValores”, pues a Yourbin la conozco desde hace unos años atrás y la tengo en mis archivos como una mujer luchadora, ligada con su alma a la causa política sin descanso. Me entusiasmó mucho entrevistarla para descubrir su visión de madre pues las únicas referencias que tenía eran las de su lealtad inquebrantable a la causa democrática, y su espíritu por lograr restituir el país que muchos soñamos donde imperen todos los valores democráticos.


Así que un domingo en la mañana conocí a la otra cara de  Yourbin Marín, una barcelonesa valiente, de 43 años, quien rápidamente desnudó su corazón para que yo conociera sus sentimientos maternos. Me contó lo duro que ha sido levantar a su familia con tan escasos recursos económicos. Desde su humilde vivienda en Tronconal III donde sólo cuenta con lo básico para vestirse, alimentarse y descansar, me relató cómo ha levantado de la mano de Chuíto, su esposo, a sus dos hijos, ambos jóvenes de 21 y 23 años, por el sagrado camino de la honestidad. Por encima de todos los valores, la honestidad ha sido su bastión.

¿Cuándo me hablas de honestidad, que ha significado para ti esa palabra en tu hogar? “Educar a mis hijos, proyectando siempre la verdad y obrando en forma transparente. Esas son las mejores manifestaciones de honestidad”, respondió.

Ella  ya es abuela de dos hermosos pequeñitos, hijos de su única hija hembra, a quien con mucho sacrificio y esfuerzo ha logrado guiarla hasta la Universidad. Actualmente estudia en la Universidad de Oriente y para Yourbin  es uno de sus más grandes orgullos. “Es una demostración de que no hay límites cuando se sueña un futuro diferente y con mucho amor y trabajo empujas a tus hijos a perseverar en llegar hasta allí”, comentó muy satisfecha.

“A mis hijos nadie los señala en la calle por haber actuado incorrectamente”, me afirmó muy segura, a la vez que me explicaba lo satisfactorio de poder haber alcanzado esta hazaña en un ambiente donde lo que les rodea es justamente todo lo contrario: la trampa y el engaño.

Para ser honestos debemos expresar sin temor lo que sentimos o pensamos, sin perder de vista nunca la verdad. Debemos cumplir con nuestras promesas y luchar por las cosas que se desean. Esto es lo que ha hecho Yourbin como madre, y practicarlo día a día le ha dado un marco de referencia para evaluar las acciones de una vida en armonía con sí misma y con los demás, sin importar su nivel económico y social.

Amiga Yourbin: “FELIZ DÍA DE LAS MADRES” y gracias por permitirme entrar en tu hogar.