Se debe estar consciente de que valen más los hechos que las palabras, que se enseña más con el ejemplo que con los discursos, y que para dar y ganar confianza se requiere since-ridad, sencillez, madurez, tolerancia y reciprocidad en la confianza. Perdone los errores, comprenda y olvide. No condene a la persona sino la acción negativa, indicando que está mal lo que se ha hecho, pero que usted sabe que su hijo es bueno y que puede hacer el bien.

Permita a sus hijos tomar de¬cisiones y acepte sus equivocaciones como medios de aprendizaje y no como razones para castigar. No confunda maternidad y paternidad con excesos de tolerancia, los hijos necesitan disciplina, firmeza y exigencias razonables para fortalecer la voluntad.

Confíe en sus hijos, muéstreles su confianza es la mejor manera para que ellos confíen en usted.