El Síndrome de la Tourette es un trastorno neurológico, que se clasifica dentro de los Trastornos de tics que se originan generalmente durante la infancia y se presentan por un periodo mayor a un año.

La edad de inicio aproximada son los dos años de edad, y suele extenderse hasta los comienzos de la adolescencia, pero su inicio es siempre anterior a los dieciocho años.

Los tics son vocalizaciones o movimientos motores involuntarios, rápidos y recurrentes. Este Trastorno se caracteriza por la presencia de múltiples tics motores, y al menos un tic fonatorio o vocal, de aparición simultánea o durante los distintos momentos de la enfermedad.


Los tics pueden remitir durante un tiempo, pero usualmente en momentos de gran tensión resurgen con mayor violencia. Llegada la adultez los síntomas pueden desaparecer por completo.

La Tourette suele asociarse con hiperactividad, nerviosismo, problemas de aprendizaje, depresión, obsesiones y compulsiones.

Genera mucho malestar en el niño, pudiendo afectar su desempeño escolar y sus relaciones interpersonales. Requiere de mucha comprensión y ayuda por parte de los padres.

Los científicos todavía discuten qué causa el Trastorno de la Tourette. Actualmente se lo relaciona fuertemente con causas de índole genéticas, aun que también hay quienes los emparentan con problemáticas psicológicas. Dentro de las causas orgánicas se lo explica desde patrones genéticos dominantes o déficits en el sistema nervioso central.

Para su diagnóstico, es importante determinar que los tics no sean consecuencias de la ingesta de alguna medicación o de una enfermedad médica.

El tratamiento puede incluir psicofármacos que ayuden a controlar y alivianar los síntomas.