Aunque muchos padres creen que hablar con sus hijos pequeños sobre las drogas es prematuro, los niños pueden empezar a hacer preguntas sobre el alcohol desde edad muy temprana, y las respuestas van a empezar a formar sus ideas acerca del consumo de bebidas alcohólicas.

Antes de los doce años, niños y adolescentes están familiarizados con el tema de las drogas. Oyen hablar de ellas en la escuela, en la calle, en la televisión, etc. Mantener conversaciones con los hijos sobre estos asuntos puede ser beneficioso puesto que es la única forma que tienen los padres de asegurarse de que la información que reciben es la correcta. Además, los hijos e hijas conocerán el punto de vista de los padres acerca del consumo de drogas y los motivos que los justifican. Asimismo, la comunicación entre padres e hijos convertirá al adulto en un interlocutor válido si en alguna ocasión el niño se encuentra ante situaciones problemáticas. Por último, debemos tener en cuenta que a esta edad es más probable que los hijos compartan sus ideas con los padres, ya que aún no cuestionan la autoridad.

A medida que un hijo se adentra en la adolescencia, lo que piensen, hagan o digan sus amigos, va cobrando mayor importancia. Sin embargo, debemos procurar mantener viva la comunicación ya que aquellos adolescentes que no reciben otra información, que la que puedan proporcionarles sus amigos, son quienes tienen mayor riesgo de interesarse por las drogas.

No hablar con los hijos acerca de las drogas es dejar en manos del azar que adquieran o no la información adecuada.