Desde hace 18 años, el 16 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Tolerancia, esto ocurrió por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Una fecha dedicada a  realizar actividades en diferentes países del mundo, donde invitan a  reflexionar sobre la importancia de este valor y como cultivarlo para la vida.


La tolerancia es el respeto, la aceptación y el reconocimiento de la diversidad existente en el entorno social, aceptando la identidad y personalidad de cada individuo. Es un pilar fundamental para consolidación de la paz y el entendimiento, debe aprenderse desde la infancia, en el núcleo familiar y ser respaldada por el Estado, esto con la misión de erradicar la violencia y la discriminación, mientras respalda los derechos humanos.

Para lograr ser una persona tolerante primero se debe superar la intolerancia, que viene dada por el miedo y la ignorancia; esto se logra a través del tiempo y el empeño que se invierta en aprender. Por lo tanto, es clave la forma en la cual cada ser es educado desde su niñez, siempre se debe tener como bandera de vida los derechos humanos y la libertad.

Un mínimo gesto o una simple acción pueden contribuir a la creación de la tolerancia. El valor y el respeto que se puede generar entre los seres humanos siempre estará presente, sólo está en manos de cada individuo ponerlo en práctica y hacer la diferencia, no solo para su bien, sino el de toda la sociedad en general.


Por: Vanessa Salas (Pasante Comunicación Social USM)